lunes, mayo 25, 2009

Sometimes I cannot take this place. Sometimes it's my life I can't taste.

Comienza la semana y no sólo significa que México aguantó otro día con vida, sino que también significa que empieza mi última semana de clases. Se me rompe el corazón. Mis últimas clases, mis últimos sermones. Y bueno, es que 4 años invertidos en ese lugar, no serán toda una vida, pero al menos sí mi etapa adolescentoide-adultoide. Snif snif. Y cómo no, entré de 17, era yo un pequeño gusano apestoso y ahora toda una mariposona. El jueves es mi último examen, supongo que ese día es el convivio que hacen a los de último año como siempre. Y ya sabes, los rituales de la toga, las fotos y después ya no son vacaciones. ES DESEMPLEO. Al menos tuve la (estupidísima) idea de hacer el servicio social apenas para tener algo qué hacer junto con la tesis, que ahí va, ahí va. Además de que iré a clases de oyente. ROCK!

Sin embargo, no todo es pesadumbre y lágrimas, porque al menos saliendo de la carrera quisiera hacer más cosas, aprender esas nimiedades que no me había tomado la molestia de aprender en 21 años y volver a otras. Y son estupideces pero pues qué, mucha gente no sabe hacer oro a partir de cualquier otra sustancia. Y yo tampoco, y por eso todos somos especiales.

Algunas cosas que se me han ocurrido:

- Aprender a andar en bicicleta (y comprar una, Why not?)
- Aprender a andar en tacones altos
- Escuchar todos y cada uno de mis discos y recordar por qué los compré
- Ver muchísimas películas que no he visto
- Tomar algún curso de fotografía / Artes plásticas
- Aprender a cocinar
- Cursos de todo, ¿Por qué no?

Y son algunas cosas. Iré haciendo una lista. Oh oh.

El viernes tembló. Mi cuarto se movió muchísimo, lo cual me pilló por sorpresa, porque en esta casa jamás había sentido un temblor, siempre me enteraba ya tarde. Lo único inteligente que se me ocurrió hacer fue tapar mi delineador y esperar. Cuando las cosas están en posibilidad de derrumbarse, siempre espero a que pase. Prt. Ya en la noche fui a una exposición en el ex-teresa y a cantar Linkin' Park con toda mi alma noventera. Pero antes: el metro iba llenísimo allá por patriotismo. Era terrible, en serio lo era, tantas mujeres en un vagón, con su igualadez (en serio, ser mujeres NO NOS HACE IGUALES: no me toquen, no me golpeen, no me encimen cosas, no me miren feo por ir sentada, no me sonrían después de que vi cómo metieron a sus hijas al vagón aunque ellas gritaban de dolor ni me hablen como si fuéramos familia, QUE NO LO SOMOS). Pero qué bueno que iba sentada. Lo volvería a hacer. Y para joder más la vida: La luz se iba en el vagón y yo sólo sentía cómo el miedo me inundaba (que se vaya la luz repentinamente en un vagón del metro me ATERRA demasiado). Cuando por fin llegué a la línea azul del metro -estación chabacano- y todo estaba vacío y con un atardecer del otro lado, pensé que era un buen momento para sentirme bien, como si hubiera sobrevivido a algo horrible (que tal vez así fue). Y me sentí bien.

Now that the clouds are obsolete


Faceless Faith


El concreto es sólo una alfombra del verdadero piso de la Ciudad De México


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Y bueno, todo mundo sabe mi obsesión con los detalles que hacen que la vida valga la pena. Como ponerte un abrigo que no te ponías desde hace dos semanas, meter los bolsillos y encontrar una cantidad de dinero considerable (Ayer me pasó eso! Un billetote de 50 pesos y uno de 20. Pensé "La vida es buena"). Hace poco descubrí uno de los mejores blogs con los que me he encontrado en la vida. Se Llama 1000 Awesome Things y es lo MÁS MARAVILLOSO, porque es una lista (aún haciéndose) de cosas que merecen el calificativo de AWESOME. Concuerdo con muchos y hay otros que no aplican porque no lo he vivido (nunca he tenido un Snow Day, snif). Espero encontrar algunas cosas (que apliquen a mi vida, pues), y mencionarlas acá. Quién sabe, tal vez llegue también a mil. Tal vez no. ¡La vida está llena de posibilidades! Por mientras, visiten ese blog y guárdenlo en favoritos, que al menos yo sonreí leyéndolo todo.

Pronto: cosas bonitas.
Aunque luego: Life's got to always be messing with me. (You wanna see the light) / Can't they chill and let me be free? (So do I)/ Can't I take away all this pain. (You wanna see the light) / I try to every night, all in vain... in vain.

Teenage Angst Super Power!!

White Town - Your Woman

martes, mayo 19, 2009

Me against The Music

1.- El lunes (es decir, ayer), me puse una borrachera de magnitud increíble. No lo puedo creer, ¿Qué tiene la decadencia -como beber una botella de vodka un lunes por la mañana- que sabe tan bien? Es como oler Napalm por la mañana. Aunque en sí la borracherita que nos pusimos mi mejor amiga y yo, fue por mero teen angst. Y es que se acaba la universidad Y NADIE HACE NADA, teníamos que cambiar el panorama. La verdad es que no vuelvo a tomar en esas proporciones porque cuando me dejé caer en el piso de la cocina y cuando abrí los ojos ya estaba sentada en una banquita de la condesa, me pregunté cómo había llegado ahí y me dijo J. que en metro. Otra vez tenemos un espacio de tiempo inexistente. Por la rapidez con la que pasó el día, concluyo que el tiempo se mata bien con esta clase de barbaries jocosonas con consecuencias nada divertidas, pero concuerdo con lo que me dijo Diamandina, que ese tiempo regresa y en serio te cobra.

2.- Charlie, Come home. I miss you, bro.

3.- Ya son días nublados. Me encantan estos días: salir con abrigos, paraguas transparentes, el camión que siempre va tan taciturno por avenida patriotismo. Hace como 2 años recuerdo que un día llovía tan fuerte que no escuchábamos la voz de la profesora, las ventanas se veían borrosas por las gotas de lluvia, como si fueran pantallas de white noise. Me gustan estos días.

4.- Leo "Fragmentos de un discurso amoroso" de Roland Barthes, librito por demás muy triste. Esto de teorizar el amor (o el lenguaje de tal), es algo que me mata, porque ya en lo vivencial es algo distinto. La cuestión diferencial entre teorizar el amor y vivirlo se me figura cuando te explican el proceso para los cortes de la carne, que es diferente a ir a la carnicería y verlo por ti mismo. Oh, oh, este corazón joven. Por igual, leo "Amor Líquido" de Baumann y mi corazón soñador también quiere creer que sí existe algo más allá de la amistad de uso individual, pero mi experiencia vivencial posmoderna le da toda la razón a Baumann. Aunque todos sabemos la verdad: debería dejar de leer estas cosas y mejor hacer mis tareas atrasadas. Pero ustedes qué saben de procrastinación, a ver.

5.- Entre las cosas que me han pasado estos días, tenemos el deceso de mi iPod. La última canción que escuché en él creo que fue una de Audio Bullys - We Don't Care y la anterior una de Velvet Acid Christ. Es triste, sí, porque ya habíamos compartido 5 años de grandes momentos y ahora que me salga su carita x_x en la pantalla, bueno, es abrumador. Y sé que es un poco pequeño-burgués andar lamentando (y luego en un blog, hazme favor) la muerte de un aparatito, pero no es cualquier cosa, temo decir. Porque realmente no hago berrinche por mi ipod (que, está demás decir, era viejísimo, la pantalla todavía era azul), sino por lo accesible que hacía la música el aparatito este. Es otra significación, ¿Me explico? No es el aparato, not at all. Y cinco años es buen rato para hacer de un aparatito algo personal. Más que era tan viejito y fácil de usar y modesto (20 gigas solía ser una cantidad modesta). A mí siempre me ha atraído esa idea de siempre escuchar música, cuando quieras y en 5 años me permití disfrutar de toda esta maldita accesibilidad. Lo que me duele es que mi ipod tenía música reunida de 5 años para acá, es decir, desde lo que me gustaba a finales de prepa hasta hace unas semanas, por lo que también era una cosa de nostalgia insufrible. Recuerdo que estaba el himno que le cantaban a Perón (Los muchachos peronistas todos unidos triunfaremos / y como siempre daremos un grito del corazón / ¡Viva Perón! ¡Viva Perón!), de cuyos ideales yo no soy ni era seguidora, a mi namás me gusta el tango y Hugo del Carril tiene un matiz de voz increíble ahí. También en mi ipod estaban todas esas canciones darketonas que tanto me gustaban en la prepa (desde Bauhaus hasta Icon Of Coil, por ejemplo), dejos de darketez adolescente.

Evidentemente no compraré otro, porque tengo otras prioridades y el dinero es insuficiente para cubrir todo (y luego que la felicidad no se compra, ¿A dónde vamos a parar?). Así que, a menos de que la situación me permita hacerme de uno, haré uso de un discman. El mio murió, espero conseguir uno bonito. Tal vez sea buena oportunidad para escuchar atentamente discos completos, en lugar de un shuffle infinito. Entre los discos que puedo escuchar de principio a fin sin ponerle next:

1.- System Of A Down - Toxicity
2.- Radiohead - Amnesiac/Kid A
3.- My Bloody Valentine - Loveless
4.- The BloodHound Gang - Hooray for boobies
5.- She Wants Revenge - She Wants Revenge
6.- Rechezentrum - The John Peel Session

Y seguramente muchos más, que por esta accesibilidad de escuchar lo que quiero cuando quiero en lugar de escuchar más a fondo discos completos, me ha quitado. Lo bueno es que sigo comprando los discos que me gustan. Tendrán mi comodidad, pero no mi alma.

Mi siempre Fiel, iPod


6.- Here I lay / Still and breathless / Just like always / Still I want some more / Mirrors sideways / Who cares what's behind / Just like always / Still your passenger.

7.- Pronto: un tehuacán.

Deftones - Passenger

viernes, mayo 08, 2009

My body's not even cold / My act is just getting old

Hace tiempo, en Cartoon Network (en Adult Swim), pasaban una caricatura FENOMENAL que se llamaba 12 Oz. Mouse. La cosa es que, a parte de ser complicada porque el hilo era muy difícil de seguir (aunque eso no le quitaba lo genial), había diálogos, por demás, bien interesantes. Recuerdo una línea en especial que decia:


"¿Cuánto darías por controlar un espacio de tiempo inexistente?"

Y creo que no hay mejor línea que describa la semana pasada.

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Regreso a clases y todo sigue normal. Debo admitir que odio mucho todo, ya que no pude ir a mi viaje a Cuernavaca (tan bonita que fue la jornada de bienvenida) y las clases se alargaron una semana. Bueno, lo segundo realmente no me complica tanto la vida, pero oh, mi viaje a Cuernavaca, por qué se meten con mis macetas. ¿Por qué? Uno de mis profesores (el director, de quien digo que es de mis profes favoritos en el mundo, ever), también tiene rencor a esa semana stand-by. Él iba a dar un concierto esta semana (específicamente, jueves a las 7 pm, que en su lugar, tenía que darnos clases). Antes de iniciar clase (tarde, porque tuvo una junta), nos dijo "ahorita, estarían dando la primera llamada". De antemano se sabe que es triste estar en un lugar, sabiendo que existía la posibilidad de estar en otro y, peor: siendo feliz. En ese momento hubo un simulacro o qué se yo y tuvimos que evacuar. Bajando las escaleras me lo encuentro y le pregunto "Profesor, ¿No se siente triste por esto de que le cancelaron el concierto?" y me dijo él "no, ya lo superé" y yo le dije, atinadamente: "bueno, uno no lo supera, se acostumbra a vivir con la idea" (jiji, siempre tan oportuna). Regresando al salón, nos dijo, personalmente, que, al fin y al cabo, a cambio de qué damos nuestra felicidad, sabiendo que todo pude ser una mentira. Y bueno, que nadie nos hable de sufrir, si a esas vamos.

Oh sí. El profesor, ayer también, me dijo: "Valéry dijo que un poema no se acaba, se abandona", frase que encontré bellísima, joder.

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Esta anécdota me la pidió mi amigui Lilián, así que paso a relatar:

Goei, hace dos semanas, 25 de abril, fui al concierto de Konstante, con mis buenos amigos Idalia y Alberto (también Grace, a quien apenas me presentaron ese día). En fin, ese día habíamos pedido una botella de vodka raspberry (tan delicioso, oh), para los tres (Grace no bebía cosa tan fuerte, jesú). Yo no quería admitirlo, pero estaba como que felizona. Es que estaba riquísimo y luego en las rocas, oh, elixir. Mis amigos me hacen adicta a más cosas (como tú, sí, tú Lilián, que me hiciste adicta a la cerveza con clamato preparado), yo que pensé que el vodka no me gustaría más (solito, pues, que me declaro adicta al vodka tonic), pero llegó el raspberry. En fin, no estaba TAN ebria, namás a un nivel chistorrón en el que uno camina como pingüino. Ya, no les quiero contar que estaba medio ebria, sino que como a eso de las 10:20 pm (circa) se acerca el mesero y nos dice que debemos ir acabando las viandas que "vamos a cerrar". Ante el desconcierto, nos dijo que la mismísima delegación (escándalo, goei) había dicho que ningún establecimiento, mucho menos un diabólico BAR, podían estar sirviendo y haciendo felices a sus clientes con vodka y botanita (yo me la estaba pasando rebien, la verdad sea dicha). Y yo me dije "diosss ni son las once :(". Esto fue antes de que se declarara al DF un lugar oficialmente basuril para vivir y que Cillian Murphy no podría ayudarnos, con su hermoso físico, a matar niñitos con bats de beisbol. Así que, después del concierto de Konstante (muy bueno, debo decir), consumimos los últimos bocadillos, yo lamí mi vaso (jajajaja OBVIO no es cierto). Ya el lugar empezaba a vaciarse, y hubo un momento en que apagaron las luces, aún desconocemos si era el clásico "¡Fuera!". Después de felicitar a Konstante y de despedirme de mis amiguirris, accedí a irme. En el camino, vi que Reforma estaba en tinieblas (pasé por EstacionArte, monsieur Bob! Fue muy triste no pasar a ver). Y claro, lo que más terror dio: el Borrego Viudo CERRADO. Para los que no sepan (y deberían) de todo lo que llevo de conocer esa taquería que me queda camino escuela-casa, jamás había visto cerrado el local. Ni cuando pavimentaron por ahí, ya que se idearon de un estacionamiento en la diagonal del viaducto (so fucking clever!) y ponían a los taqueros a estacionar coches. He ido a ese lugar a las 3 am y está como si fueran las 2 de la tarde. Lo cual, me dio a entender, que todo se iba como que al carajito. Llegando a casa recibí burla maternal, ya que mi mamá me dijo "uy, las once! y que ibas a llegar tarde y no sé qué, uy uy uy!", hecho que me comprueba que ya no hay temor a Dios, ni respeto a los hijos que sufren por llegar medio chíngueres (mi papá dixit) a casa antes de las 11. Esa experiencia me deja esto: La siguiente vez que me (nos) corran de un bar, ojalá sea por romper botellas con la cabeza de alguien. Eso de que "por el virus", nomás no me sabe a adolescencia. ¿Qué les diré a mis hijos cuando me pregunten si alguna vez me han corrido de algún lado? ¿Que fue por el virus? N'hombre.

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Pronto: terminar la carrera y más espacios de tiempo inexistentes que uno no pide vivir.

Arcade Fire - Ocean Of Noise

viernes, mayo 01, 2009

Allegro ma non troppo, un poco maestoso

Algunas cosas que he hecho durante la ausencia de la escuela (no son vacaciones, campeones. Neta, no lo son).

1.- He leído un poco para la tesis. La verdad, voy a ser muy sincera, he leído muy poco, porque me da miedo leer y preparar tantos apuntes y eso. Y no es que el lenguaje me dé miedo (que la verdad, debería), sino porque ya todas estas cosas hacen más fehaciente que nunca el hecho de que mi vida académica, as I know it, se está yendo por el agujero. Podría tomar una segunda carrera, maestría, todas esas cosas. Pero, no puedo mentir: no hay nada como el primer día de clases. Yo recuerdo que mi primer día de clases iba muy enojada, estaba muy amargadita porque por seis aciertos no entré a la universidad que yo quería (la UNAM, claro). Bueno, era yo un cúmulo de ira y desastre, pensé no hacer amigos, ser mamonsísima y así. Pero, el primer día de clases nos hicieron lo que se conoce por NOVATADA, y los primeros minutos de lo que sería mi primera clase (metafísica), al verdadero profesor lo sustituyó un compañero de otro semestre (que la verdad si daba la finta de profesor). Él se portó como el peor de los profesores, nos azotó la puerta, sacó a un chico (que resultó un cómplice [y también resulto otro buen amigo de la universidad) y, cuando yo sufría diciendo en mi mente que a qué clase de atolladero sádico me había metido, el compadre se empezó a reir infernalmente y nos dijo "bienvenido a la universidad" y entró el verdadero profesor (no digo nombres, me gusta eso de ser discreto) y dio la primerita clase de metafísica, con De Finance. Mi segunda clase fue lógica y me dije, oh mi dios, creo que no está tan mal. Y demonios, no lo estaba. A la semana nos hicieron un convivio, el grupo con el que estaba ya nos íbamos a beber a la semana de conocernos y hacíamos fiestas. ¿Mi mejor año de la universidad? Ñam, debo decir que primer y segundo semestre y sexto semestre. Mi universidad, no te voy a mentir, fue LITERALMENTE, un segundo hogar. Una familia enorme y, como en todas las familias, hay gente que odias y gente que te alegra el alma haber conocido. También el director de la carrera, que siempre se me figuró con un lado paternal, preguntándonos cosas y diciendo que el mundo es un lugar terrible y que saliendo de la escuela andaremos penando por ahí. Y no estoy loca, ya va tres personas que me dicen que está ese lado hogareño de la escuela. Los convivios, las clases, el "me salgo por un cigarrito", ir por dulces con V. (la secretaria). Son cosas que voy a extrañar, porque universidad hay un infinito de posibilidades, pero un lugar que sientas como un hogar, pocos, me atrevo a decir que REALMENTE muy pocos.

2.- Ver películas. Vi Letras prohibidas, la del Marqués de Sade. Mientras veía la película, recordé a los miles de conocidos que me decían que el Marqués de Sade era un imbécil y que su lectura no aporta nada and all that stuff. Lo cierto es que, creo, lo están leyendo en un tiempo equivocado. De una manera superficialona, por así decirlo, no es lo mismo leer en un librito cómo le desgarran el ano a una quinceañera, en México 2009 (por decir algo) que, digamos... FRANCIA DE 1785. Además, tomemos en cuenta que el público contemporáneo ya no le satisface este tipo de violaciones al prójimo. Tenemos internet y tenemos patologías, una complaciendo a la otra respectivamente. Por otra parte, lo que plantea es una anarquía en la interacción con el otro, una violación al espacio personal. Que un padre llegue y penetre a una jovencita sin consentimiento de ella, se llama violación y, en el mundo creado por el Marqués de Sade, esto está permitido, por la falta de ley (o al menos en lo que he leído, no había tal). Debe ser algo más elaborado, pero vi la película, no leí los libros, no esperen algo más fundamentado, duh. Aún así, me parece interesante la bolita de nieve que fue para los franceses. Ah, el hardcore escrito.

2.1.- Hace dos semanas -todavía no estábamos en pausa, pero la tengo que mencionar- vi Natural Born Killers. GRAN PELÍCULA, si les late eso de matar sin razón. Estoy sumamente interesada en eso de cometer actos "malos" o "graves" contra el prójimo simplemente porque existe la posibilidad de hacerlo. Es decir, como la abstracción de la intención. Se me hace un rollo muy interesante y crudo, por diversas cuestiones que ahí luego me encargaré de plantear.

3.- He escuchado demasiado a Mendelssohn y a Bethoveen. El primero, lo escuché porque leí que Wittgenstein decía que era LA obra. La escuché y, vaya, es hermosa. Carajo, lo es. Y de Beethoven, la sinfonía No. 9, aunque quemadísima, no deja de ser bella. Mi movimiento favorito, claro, lo puse como título en este post. Y pues, también escucho el Kid A de Radiohead. De hecho...

4.- Creo que Kid A es mi disco para estos días solitarios y cuasi-apocalípticos. Everything in it's right place me recuerda el comienzo de Vanilla Sky, película que al final sí me gusta y qué. Pero, decía, es un disco muy raro, tiene sus partes entrañables y su final que esperas sea un balazo en la sien, sonriendo.

5.- Hablando de balazos en la sien, juego Manhunt 2. Lo había dejado porque había un nivel, titulado "Desviados sexuales", donde no podía pasar porque no sabía cómo matar a los guardias. Pero luego que supe cómo, fui, los maté y ahora me dedico a tomar fusiles y balear a todo aquél que no permita que Daniel Lamb, el mejor psicópata, cumpla su objetivo (el cual no sé, porque no lo he acabado). Mucha sangrita y el hecho de que los controles del wii te permitan manejar cómo matar a los enemigos, es una cosa PRICELESS. PRICELESS, te digo.


6.- Regresé al violoncello. No estoy tan oxidada, pero me urge llevar a mi lindo Marco Aurelio (por un tiempo se llamó Anuar, pero ya no me gustó), al laudero. Nada más que terminé Silent Hill goes Mexican Flu y podré ir :)

7.- Y me encontré unas fotos, entre ellas estaba una del cello que me gustó harto.

Mi Cello <3


8.- Yo digo que den click aquí. o no. ¿O sí?

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Y bueno, espero que, independientemente de la influenza y su verdad/ficción, se estén cuidando, como los seres humanos deben hacer. Por sentido común.

Ludwig Van Beethoven - Symphony No. 9 in D minor, Op. 123 - 5. O Freunde, nicht diese Töne!

(Bueno, obvio no él. Duh).