lunes, julio 31, 2006

Es una Guerra Entre El Ruido Y Nada.

Click aquí y seguid

Los recuerdos son cosas inexplicables... inexplicables como el 80% de todas las cosas en el mundo (el otro 20% se divide en esa jodida tira de materias que le dan a uno entrando a la escuela, engañando al mundo entero de que no hay nada más allá afuera). No sé, es algo complicado de explicar. Por lo mientras puedo decirte que muchos recuerdos se pierden y sé (lo juro) que no es por la edad, sino que simplemente son cosas que no se almacenan donde se supone deben hacerlo y regresan cuando amerita la situación. Esto si tal vez no es inexplicable, ha de estar en un capítulo perdido de mi libro de Ciencias de la Salud, pero la mera verité soy un desastre cuando trato de explicarme (y luego que, como sabes, hago todo un desorden al tratar de ordenar mis ideas [por eso saqué 7 en griego, mi traducción fue apestosísima (Platón y Timeo se han de retorcer...donde quiera que estén sus cadáveres)]).

Pero me aventuro, tratando de explicar esto último: Por ejemplo, después de leer ese post, yo tampoco me acordaba de mi maestra de tercero de primaria, que era una mujer tal vez igual de horrenda internamente. Físicamente me parecía un espantajo, pero según algunos caballeritos, sí estaba guapetona. "Soy mestiza" decía la muy pendeja. siempre me ponía reportes y jamás aprendí algo con ella, pero era bien hipócrita cuando hablaba con mi mamá, pues decía que yo era buena alumna y demás estupideces académicas. Empiezo a creer, después de (aproximadamente) 9 años, que lo único que quería la señora era hacerme llorar: mis lágrimas le sabían a agua de jamaica con piquete. ¿Quihubo?

Otro ejemplo: lo que te conté hace unos minutos de una de mis primeras presentaciones 'oficiales' con mi violoncello, donde, según, me tomaron muchísimas fotos...pero que la única que salió fue la de una ardilla que estaba ahí por la casa del lago de Chapultepec (y ahora no tengo pruebas para decir que yo toqué algo serio ahí, que no haya sido en compañía de otros). Creo que hasta tiré la foto de la ardilla del coraje...pero tu, conociéndome, sabes que miento pues apuestas todo a que en vez de enojarme con mi señor padre me cagué de la risa como 3 horas, sino es que más, por que yo hasta me rio de la palabra topo (y más si va con el prefijo bio....biotopo jajajaja). Y, en efecto, no te equivocas.

Decía, Muchas cosas te podría contar yo...muchísimas. Pero el punto de todas esas experiencias vergonzosas / divertidas /tristes que tengo es que no las recuerdo por que soy joven, que tengo 18 años, que he comprado la revista Algarabía o alguna razón de ese estilo. La razón, la Verdadera Razón de que tenga presente esas simplezas de la vida, es que tengo a alguien como tú para recordarlas.

Gracias, Raúl.

Kevin Johansen - City Zen