Se llama Tiempo, Tiempo de Vivir

Dios, usted y yo sabemos que es malo que uno se aburra. El suicidio por aburrición debería ser legalizado en México y permitido por la iglesia. Aunque más que aburrición debería ser... bueno, no tengo idea, no se me viene ninguna palabra a la mente.

Lo malo es que la otra vez que vi Little Miss sunshine, el tio que es un genius en Proust dice que si durmiéramos toda la etapa fea de nuestra vida, nos perderíamos lo mejor: nos perderíamos la crueldad de la escuela, la acidez de la gente, lo dulce de... lo que sea que provoque un efecto encantador en nosotros. Y eso se me quedó grabado y ahora siempre pienso que todavía hay algo más. O sea, ver ese tipo de películas (bonísima por cierto), me hace darle otro sentido a las cosas. Es como Rocky, a la mitad grité WUUUUU y ahora quiero golpearlos a todos.

Oigan, leyendo un poco mi pasado blog (que borré pero está en el corazón de mi computadora) me doy cuenta de que me he hecho una persona bastante triste y perezosa. Vi mis posts donde me peleé con todas las madres de mi preparatoria, cuando conté la noticia del niño que se comió la cucaracha y cuando conté la historia famosa de que me comí una bon ice con mi amiga Lillián atrás de la escuela y un niño intentó saltar un barrote obteniendo como resultado un gran golpe en los testículos. También descubrí que me caga la nostalgia, pero la persigo, cual buitre que busca un cadáver.

Por ejemplo, la nostalgia ataca vilmente de tanto que veo a Denise y nos coqueteamos como antes. O que he platicado mucho con mi amiga Ingrid por msn. Ah, tantas cosas que pasábamos, como cuando nos sacaron de biología por gritarle Nytol a Nytol o cuando ella, Jocos, Hugo, no-recuerdo-quiénes-más y yo hicimos "Hugo: emociones y sentimientos" en Artes Plásticas y esa vez no acabé mi trabajo y horror académico. Increíble que nuestro primer concierto haya sido el de Los yeah yeah yeahs, apenas el año pasado.

Otro ejemplo, el otro día me vi con mi amiga March. Recordamos tantas tonterías que de tanta risa ya nos iban a correr del café. Cuando nos vemos, sólo nos decimos dos tipos de cosas:

1.- Lo que vivimos en el pasado.
2.- Los dilemas del presente.

Sin embargo, adoro a Marce. Es la persona más hermosa y benevolente del mundo entero. Claro ejemplo, nos quedamos de ver a las dos en Coyoacán... y a esa hora yo me iba despertando. Después de sufrir un ataque al corazón, pensar lo peor como que ella jamás iba a volver a salir conmigo por un desliz mío y tener otra imagen mental mía guardando otro libro que con tanta alegría había comprado para alguien, le hablé para ver qué onda y me dijo que no había problema, que ella me esperaba.

Corrí, volé y me aceleré, literalmente. Ella estaba ahí, donde dijimos, oyendo música, de lo más calmada. Marce, Marce, jamás entendí tu paciencia, tu comprensión. Platicando con ella me di cuenta que nos hicimos igual de distraídas y que eso nos ha ocasionado muchísimos problemas. Caminamos por ahí, me acompañó al metrobús y todo hermoso.

Prepárense, que aquí viene un recuerdo de la secundaria jocosón: El piso de la secundaria (Instituto Isaac Newton Presente / en la lucha por la educación) era de color rojo. Las macetas de los pasillos también eran rojas. Para ir al salón de computación, SIEMPRE íbamos todos en bola, por que era segundo de secundaria, el mejor año de todo el universo temporal 2000-2001. En fin, íbamos todos en bola y en eso que me caigo en una maceta. O sea, no por la maceta, no junto a la maceta, sino EN la maceta. Cuando me levanté, se cayó toda la tierra y parece que yo había regresado de las trincheras o algo así. El profesor me volteó a ver y se murió de la risa, literalmente. Me abrazó y me dijo "ya pasó, ya pasó... órale, vete por la escoba y barre" y bueno, fui la burla del salón. Para colmo, el chico que me gustaba me vio y horror total, oficialmente ya era anécdota para la revista Tú. No todo fue tan malo, de 20 niñas, 15 habíamos caído en una maceta, una lo hizo dos veces.

Ya, basta de todo. A parte de triste, nostálgica y perezosa, me he hecho muy especialota. Supongo que por eso Wittgenstein se ganó otro pedazo de mi amor al decir "Constantemente He De Defenderme De La Ordinariez De La Gente". Pero pues él está muerto. Y algunos se atreven a decir que era joto, pero eso qué.

Probablemente lo que falta en mi entorno son macetas en las cuales caerme. Y menos imágenes mentales. Oh, oh, ya que andamos en wishlists, que alguien me diga que todo estará bien. Leo otro poco de mi blog pasado y veo que en esos días yo era tan segura. Probablemente también me falta una bon ice. Y mi uniforme escolar.

Les pondría una foto fuera de foco de mi generación, pero la verdad todas mis amigas y yo salimos bien dispersas. A parte ese día se me ocurrió ir de dos chongos, entonces cómo cree usted, Monsieur le Président!

Oh dios, ¡tal vez es el primer post azotado del año! ¡Yey!

Lumenlab - Una Bicicleta Con Llantas De Estrella