martes, junio 12, 2007

Wittgenstein es una de tantas razones

267. La expresión del alma en un rostro. Sólo se necesita que pueda pintarse un rostro con una expresión anímica para creer que, en realidad, son los colores y las formas lo que provoca esta impresión. No debe creerse que sean solamente los ojos -el globo ocular, los párpados, las pestañas, etc.- de una persona aquello en lo cual uno puede extraviarse, en lo que uno puede ver con asombro y fascinación. Y, no obstante, éste es justamente el efecto de los ojos de un ser humano. "A partir de ellos puedes ver..."

3 comentarios:

Ley Méndez dijo...

en hermeneutica me dejaron un ensayo de este buey y no mas nunca me quedo bien.

Hamletmaschine dijo...

No, por favor no... eso no... ojos no :(, anoche tuve un sueño tan bizarro sobre un ojo, o mejor dicho sobre una cuenca ocular, que me da pavor atisbar el tema.

Ahora el del deja vu soy yo.


Muchos saludos.

Luis Ricardo dijo...

No es ojo porque lo ves, es ojo porque te ve.