She is the new thing

Qué semanas, han estado llenas de muchas cosas. Un concierto que aún no sé con qué sentimiento calificarle, fotos geniales, mierda, gente, música, lluvia... en fin, muchas cosas. La semana pasada comenzó con lunes. Usualmente las semanas comienzan laboralmente con lunes, porque los domingos son errores temporales. Pero pues esa semana me sentí muy mal. Es agradable ser una infección. Pero bueno, toda la semana me sentí muy mal y mejor decidí hacer concha. Así que en eso se resume la semana pasada.

El sábado fue un día que esperé impacientemente porque iba a ser Sigur Rós. Algunas personas han sido testigo de lo mucho que me encanta Sigur Rós, tanto que siempre escribo el nombre con mayúsculas y si tuviera dinero ya tendría los discos, pero soy pobre y también soy una imbécil. El día del concierto me la pase con los amiguis y estuvimos bromeando, comiendo, disfrutando el día, huyendo del sol, tomando fotos y así. Luego llegó Sigur Rós con la desgracia -ahora ya sabida por todos- de que al baterista le pasó no sé qué cosa. Se rumora que fue dolor de estómago, pero hoy vi en las noticias que estuvo (o está?) Internado en un hospital de México en Neurología, lo cual me hace pensar que la vida es injusta porque Sigur Rós sólo ha traido felicidad a mi vida y que quienes te provocan eso no deberían estar en esa situación. Desde que escuché Hoppipolla, desde que escuche Star Alfur en La vida acuática con Steve Zissou, etc. Lo sé, hay cierto factor de frustración que quedara tan raquítico el set-list, pero la emoción que me provocó verlos fue esplendorosa. Los papelitos-luciérnaga fueron el momento, los que fueron saben lo loquísimo que se vio. La salida del festival fue terrible, porque me vi encerrada entre un camión y la pared junto a muchas personas, 12 km recorridos en medio de la nada y una madre llorosa que esperaba la llamada de su hija desde el cerro horrible. Odio los cerros. Comprendo su enfado, a mi también me han dejado esperando llamada y realmente SUCKS. Pero eso la invité a comer y hablamos y me terapeó, con la poca información que le di. Ok, es un plus. Regresando al tema, llegando del festival a mi casa, me sentí peor porque la vida así me lo dictó y pensé que hubiera sido bonito ir en ese camión eternamente, ver a mis amigos durmiendo mientras pasaba por millonésima vez el disco de Nirvana (eh, esto sí podría ser mejor si se omitía) que traía el chofer y pensando que si no llegaba al destino supuesto, ya no pasaría más, no importaría. Qué te importa. En fin, como prometí, en especial a Bob, algunas fotos del colmena, con cámara Reflex, las de la Holga aún no.


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Por otra parte, el domingo se quemó mi modem. Así como Yuri, me vi en un apagón y cuando regresó la luz, el modem no. No le di mucha importancia, así que sólo lo reporté y me dediqué a ver tele, dormir y simplemente pensar cómo pierdo el tiempo, inviertiéndolo en estupideces. Al día siguiente, sumiéndome en la hueva y en el hecho de que no he dormido bien, moví todos mis muebles: exacto, mi computadora ya no está en mi cuarto, ahora está en el clóset, temblorosa, con el lápiz labial seco y rímel corrido por toda la cara de tanto llorar, pero era justo y necesario. En fin, me gustó cómo quedó, ya era hora de un cambio. Aún no me acomodo al escritorio de la antigua computadora, como que está raro. Pero la costumbre es siempre una cosa muy rara y harto pendeja.

Hoy es martes y no vi I Love New York. Tampoco creo que fue un gran día, ni que las cosas vayan mejorando (cuando uno cree eso es que no ha llegado lo peor) pero puedo decir que mejoró porque acabo de recordar algunas cosas que no he mencionado que hice anteriormente y/o que apenas hice y que me parece digno de ver con buenos ojos: Gané 3 - 0 en el billar, descubrí a the horrors, comí unas papitas, comí un rico helado y el marcador con mi úlcera péptica es Elsa: 1 / Úlcera: 553. Vamos de gane.

The Horrors - She Is The New Thing